La barra del Bar.
Estaba yo solo en la barra,
con mi vaso de cerveza
haciéndolo en el mostrador girar,
no tenía nada mejor que hacer.
Estaba yo solo en la barra
pensando en las musarañas
sin nada ni nadie en quien pensar
no tenía nada mejor que hacer.
Veía el bar vacío
sin nadie en el interior
sólo estaba yo sentado
sin nadie a quién atender.
En un segundo la puerta se abrió
y apareciste tú,
no tenias nada de especial
pero me echaste una sonrisa
quizás por no quedar mal.
¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué quieres de beber?
Tu no eres de por aquí,
le dije para conversar.
Tú me miraste
no me contestaste
y solo me dijiste
¿Cuánto es?
Y yo solo con mi cerveza
detrás de la barra me quedé
pensando en mis amigas
mis amigas las musarañas.
Y no pude decir,
qué triste me quedé
pues el recuerdo de tu sonrisa
me alegró el corazón.
Y así pasó un día más
en este triste y solitario bar.
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